Ibiza, las dos caras de la moneda.

La isla de la perversión, la locura, el desenfreno, la fiesta y el despilfarro, palabras que definen actualmente un verano en Ibiza (España) para la mayoría de los turistas. Poco queda de esos hippies de espíritu libre, paz y amor que nos vende cada semana la Flower Power. A pesar de que parte de la isla es considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999, gracias a su cultura y biodiversidad, este no es el reclamo turístico de la zona. Lo que empezó siendo un lugar de retiro y desconexión a finales de los años 60, se ha convertido en una burbuja económica del turismo desenfrenado.

Lugar: Cala Saladeta, Ibiza. Fotografía: Bunny BellaVita.

Lugar: Cala Saladeta, Ibiza (España).
Fotografía: Tania Pastor.

Disminuyen los verdaderos famosos que visitan la isla cada año, los que daban glamour a esas fiestas que se prolongan hasta el amanecer,  digo verdaderos porque ya cualquiera se gana la fama en programas de poca monta y luce palmito como si de una estrella de Hollywood se tratara. A cambio, durante los meses de verano, aterrizan cada 10 minutos aviones repletos de extranjeros, chonis y poligoneros. Dispuestos a morir con esa mezcla explosiva de alcohol, drogas y música electrónica, personajes dignos de protagonizar cualquier reality de la MTV. Porque todo el que llega parece tener un drama que contar y la isla se convierte en un lugar en el que todo vale y nadie juzga a los demás, es perfecto para olvidar, para volver a empezar o incluso para terminar.

Lo cierto es que Ibiza es algo más que eso, es un paraíso de rincones únicos y atardeceres espectaculares, en el que vivir momentos increíbles en los que parece detenerse el tiempo. Si somos capaces de ignorar el turismo de borrachera de San Antonio o Playa d’en Bossa, descubriremos los pequeños pueblos rodeados de esa belleza paisajística que durante años atrapó a tanta gente. La magia que se respira en los alrededores de Es Vedrà, el buen rollo de los atardeceres en Benirràs, el cristalino azul de Cala Comte, la tranquilidad de Cala Saladeta, las curiosas formas de Punta Galera o simplemente perderse en la inmensa naturaleza, ya sea buceando sus cristalinas aguas o entre pinos en algún camino.

Verdades incómodas en la tierra de las oportunidades.

Ibiza es esa burbuja económica, que aun perteneciendo a España, sobrevive a la crisis explotando sus recursos turísticos al máximo. Durante el verano no existe rincón en la isla sin un chiringuito, tienda o pirateo (vendedores ambulantes de todo tipo). Cualquier hora es buena para comer o beber lo que se te antoje, siempre habrá alguna fiesta a la que acudir todos los días a todas horas, cualquier cosa que necesites podrás encontrarla por un, posiblemente, excesivo precio.

Lugar: Cala Comte, Ibiza. Fotografía: Bunny BellaVita.

Lugar: Cala Comte, Ibiza (España).
Fotografía: Tania Pastor.

Ibiza en verano se convierte en una ciudad sin ley en la que todo vale. Empezando por los peces gordos, dueños de media isla, que hacen y deshacen a su antojo. Resaltan las construcciones en lugares medioambientalmente ilegales, parece que la ley de costas nunca llegó a la isla. La fauna y flora se resienten cada verano, a los incómodos visitantes les importan bien poco las tortugas y la tan protegida Posidonia Oceánica. Las paradisiacas playas, que amanecen como estercoleros improvisados, se cubren de tumbonas y sombrillas cada día, los chiringuitos las hacen suyas casi como si fueran privadas. La contaminación acústica es otro cantar, es tan difícil encontrar un lugar sin música atronadora. Los barcos repletos de gente se acumulan en las pequeñas calas, discotecas ambulantes que perturban la tranquilidad y el silencio. Y es que unos pocos, dueños y señores del lugar, han sabido explotar la costa ya muy desmejorada para enriquecerse. Ignorando incluso las leyes en muchas ocasiones, para estos magnates del turismo cualquier multa es una minucia comparada con el beneficio que obtienen durante el verano.

Algunos han descubierto como aprovecharse de la situación alrededor de estos, montando pequeños negocios que esconden grandes mafias. Toda idea de negocio tiene cabida en la isla bonita pero con fecha de caducidad, ya que tras los cierres de las discotecas volverá a convertirse en una isla fantasma. Muchos bares, hoteles y tiendas cerraran sus puertas esperando el calor del próximo verano y deseando haber ganado lo suficiente para sobrevivir el invierno. Lo fácil es pensar que es demasiado tarde para cambiar el modelo turístico, que sin las fiestas la isla estaría muerta, dejarse llevar y exprimir la situación antes de que explote.

Lugar: Cala d'Hort, Ibiza. Fotografía: Bunny BellaVita.

Lugar: Cala d’Hort, Ibiza.
Fotografía: Tania Pastor.

Los que todavía nos resistimos a salir del país en busca de oportunidades, nos trasladamos hasta allí para trabajar una temporada que parece eterna, el sueño ibicenco de ganar lo suficiente para sobrevivir en una península tan castigada por la crisis. Gente que repite año tras año, pocos por gusto y muchos por necesidad. Algo que parece fácil porque abunda el trabajo en verano, pero hay que tener cuidado con los que se aprovechan de esta situación temporal, revisar bien las condiciones laborales y el sueldo antes de aceptar cualquier puesto. Muchas son las llamadas pero pocas las buenas ofertas, con buen sueldo y días libres, esto último impensable para la mayoría de los trabajadores de temporada, que en ocasiones van pasando por varios puestos de trabajo en poco tiempo. Por supuesto, no es oro todo lo que reluce y algunos tienen que marcharse por donde vinieron debido a su escasa formación, experiencia laboral, falta de idiomas, simplemente mala suerte o, lo que es peor, por no encontrar alojamiento. Gente que incluso con contrato de trabajo ha tenido que hacer las maletas porque no ha encontrado donde pasar las noches o no le era rentable pagar una habitación con su sueldo, porque aquí es donde los mencionados aprovechados se hacen de oro. Las habitaciones escasean y cuestan un ojo de la cara, incluso compartidas con desconocidos o en “pisos patera” siguen teniendo precios desorbitados. Los espabilados llegan pronto a la isla para alquilar pisos a buen precio, realquilando las habitaciones para ganar tres o cuatro veces más de lo invertido en un principio. Algo completamente ilegal que únicamente se rige por la ley de la oferta y la demanda.

A nadie le gusta volver a casa con la cabeza baja y los bolsillos vacíos, el caso es que hay que ganarse la vida como sea. Vendedores ambulantes y artesanos improvisados recorren las playas a diario evitando a la policía. Igual te venden ropa y complementos, que mojitos y fruta fresca, el caso es aprovechar la temporada al máximo. El riesgo de la multa es un mero trámite, al fin y al cabo les compensa el beneficio de la temporada entera.

Entre pasacalles de discotecas y deslumbrantes chicas de escasa vestimenta pero alta tarifa, abundan los “pulsereros” y “ticketeros”, esa gente que te acosa en cada esquina para venderte una entrada o convencerte de que su fiesta es la mejor de la temporada. Lo cierto es que vista una, vistas todas. Parecen no dormir nunca y dominar el arte de la omnipresencia, dicen que el beneficio es poco pero para algunos es la cuartada perfecta para otros negocios de ilegal procedencia. Esos, los ilegales, los que mezclan Nolotiles con otras drogas para la venta. Esas sombras en callejones oscuros o en plena calle a la luz del día, que ofrecen sicodelias a todas horas. Los invisibles, que en Ibiza son tan visibles, que pasa desapercibido su negocio. Los que convierten las fiestas de las discotecas en mercadillos de la droga con terribles consecuencias, los que consiguen que las sirenas de las ambulancias se mezclen con la música día y noche, dejando anécdotas que la mayoría preferiría borrar de su cabeza. Momentos que, aunque parecen pasajeros, pasarán factura años después a los incautos consumidores de desenfreno.

Lugar: Fiesta de la Espuma en Ibiza (España). Fotografía: Bunny BellaVita.

Lugar: Fiesta de la Espuma en Ibiza (España).
Fotografía: Tania Pastor.

Lugar: Discoteca de Ibiza (España). Fotografía: Bunny BellaVita.

Lugar: Discoteca en Playa d’en Bossa, Ibiza (España).
Fotografía: Tania Pastor.

Alternativas a la frivolidad.

Para los pocos autóctonos quedan los negocios familiares que, aun acudiendo menos turistas, también se benefician del verano. Esos privilegiados lugareños que disfrutaran de la tranquilidad y las playas vacías, algunos dicen que ese es el verdadero encanto de la isla, cuando quedan los que realmente la cuidan. Los que intentan salir adelante pero conservando la belleza natural y paisajística del lugar, aquellos que buscan alternativas al turismo de enclave y borrachera fácil. Y es que, a pesar de esa imagen de desfase que se vende al exterior, la isla tiene alma ecologista, no hay más que pasear por sus calles y ser un poco observador.

Lugar: Es Vedrà desde el mirador Torre del Savinar (Ibiza). Fotografía: Bunny BellaVita.

Lugar: Es Vedrà desde el mirador Torre del Savinar (Ibiza).
Fotografía: Tania Pastor.

Son numerosos los negocios basados en la agricultura y artesanía de la zona, fincas ecológicas y de agroturismo, los mercadillos hippies (aunque sus precios ya no sean muy hippies), la venta de productos naturales y ecológicos, los actos y pintadas en contra de las prospecciones petrolíferas, la cantidad de gente que se mueve en bici y practica deporte en la naturaleza.

Admirables esas personas que se mantienen alejadas de las frivolidades y sostienen la esperanza de un cambio en el modelo turístico, los que evitan los guetos discotequeros y se encierran rodeados de Pachamama con la esperanza de que el verano termine tan pronto como un mal sueño.

.:: Tania Pastor ::.

Lugar: Muro en el centro de Ibiza (España). Fotografía: Bunny BellaVita.

Lugar: Muro en el centro de Ibiza (España).
Fotografía: Tania Pastor.

Categorías: Sostenibilidad Ambiental., Viajar es vivir. | Etiquetas: , , , , | 2 comentarios

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2 pensamientos en “Ibiza, las dos caras de la moneda.

  1. manolokartero

    ellos no saben que es nuestra y mi isla. la quiero y lloro por ella me vine y hoy feliz con mi familia pero eivissa me llena la boca todos los dias

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  2. alfredo

    Después de haber leído tu artículo.tengo que decirte que estoy orgulloso de tu capacidad de análisis y la forma de decidirlo (muy orgulloso)

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